Destino o decisión

La vida es eso que pasa mientras pensamos en lo que vamos a hacer mañana. Es ese río que fluye a borbotones, a veces, y pausado, otras. Que se transforma en cascadas precipitadas, de agua dulce y fresca, por momentos. Y que se estanca en remansos de quietud, otrora. Esto que arranca no es una oda a las Coplas de Jorge Manrique por la muerte de su padre, ya quisiera. Es solo, otra reflexión.

Había llegado hasta aquí por un lapsus de serenidad impuesta. Se detenía a pensar y se imaginaba a sí misma en un sendero rebosante de verde, por el que serpenteaba un río. Que atravesaba colinas y llanos, bosques y páramos. Había recorrido un largo camino a su paso. Le acompañaba fiel a su curso o, quizás, era al revés ¿era el río quien tenía vida propia? o, definitivamente, ¿era ella la protagonista de su historia?

Siempre había dudado de si las cosas ocurrían porque sí, como consecuencia de  un destino involuntario y caprichoso, o si, por el contrario, eran sus decisiones (a veces inocuas y otras determinantes) las que le llevaban por un camino u otro. Lo cierto es que la vida no se detenía, iba demasiado deprisa, el río tenía su ritmo y no siempre iba al mismo paso. No podía controlarlo.

Por momentos, creía que todo ocurría por el principio de causalidad. Otras veces, se veía ajena a sí misma y a su realidad, como si fuera un objeto inerte. Por eso, en ocasiones, veía pasar su vida de lejos, como en una película. Como si no fuese consciente de ella. Pero, ¿entonces de qué servía la voluntad? No llegaba a una conclusión certera.

Pensó que eso era la vida. Caminar sin certidumbres. Parar. Disfrutar de lo que su vista alcanzaba. Perderse. Y equivocarse. Y regresar sobre sus pasos. Seguir adelante. Dejar atrás la maleza. Tropezar en las mismas piedras por los mismos errores. Aprender a levantarse. Deshacerse del equipaje que le hacía daño. Y quedarse con lo necesario. Se dio cuenta, a la mitad del cauce, que era muy poco, pero muy valioso, lo que necesitaba para mirar hacia el frente. Solo confiaba en que el destino fuese generoso con ella.