Que la Navidad llega cada vez antes es un hecho. Sobre todo en las grandes ciudades. En Madrid las calles llevan engalanadas un mes. Todo ello es fruto de una salvaje campaña de publicidad que bombardea nuestros sentidos y que nos ha llegado a convencer de que las fiestas navideñas empiezan en noviembre. En algunos países comienzan con el otoño. Todo un despropósito.
Otro hecho que desde hace tiempo se propone marcar el punto de salida de las fiestas son las cenas de empresa. Una costumbre que se está imponiendo año tras año entre los compañeros de trabajo que tratan de festejar con sus jefes la llegada de la Navidad. Últimamente y, pese a la crisis, se celebran semanas antes, también en noviembre. Otra falacia.
Pero, lo que realmente nos anuncia que ya estamos ante la auténtica Navidad es el Sorteo de la Lotería. El día 22 de diciembre de todos los años desde 1771 nos levantamos con el soniquete de los Niños de San Ildefonso. Voces infantiles que cantan ilusiones contenidas. Pequeños que deciden que el azar cambie el rumbo de muchas vidas.
Quedan pocas horas para que realmente asistamos a la inauguración oficial de la Navidad, la de siempre, la de toda la vida, la que llegaba con la Lotería y se marchaba con los Reyes Magos. La de los turrones, la pandereta, los villancicos, los belenes, el alumbrado y la familia. Sobre todo, esto último. La que yo recuerdo y así me gusta celebrar. Mañana. Muchos verán cómo sus sueños se hacen realidad. Suerte a todos. Mis mejores deseos para 2009 y Feliz Navidad.