Volver a empezar

Mucho tiempo… quizás demasiado, pero nunca es tarde. Recupero estas páginas en blanco infinitas para reencontrarme con las letras y ellas con mis reflexiones. Inquietudes, pensamientos, razonamientos, dudas, decisiones… y, en definitiva, sensaciones personales, ni más ni menos, que vuelven a traspasar mi yo más interno para mostrároslas, como siempre.

Sin mayor intención que ésta vuelvo a la carga. Antes solía escribir en un cuaderno de papel que me duraba un año natural. Los guardo religiosamente, como un tesoro secreto, que es lo que es. Ahora, me resulta mucho más fácil emplear cualquiera de los gadget que tenemos en casa, pero aún así, necesito sentir que lo que escribo no es efímero y por eso quiero un blog, mi blog personal. Para poder releerme y reencontrarme.

Hoy no tengo intención de hablar de nada en concreto, solo de transmitir mi estado. No sé si lo conseguiré porque la melancolía me abraza y casi no me dejar avanzar y mirar hacia delante. Lástima por haber perdido durante tanto tiempo un rincón en el que me sentía tan yo. Rabia por dejarnos arrastrar por el devenir diario, por ese paso de los días que no nos deja hacer más que lo cotidianamente establecido, por no sacar esos minutos al día que nos hacen felices o al menos nos ayudan a serlo. Fuerzas para retomar este hábito que nunca debí haber perdido.

Incertidumbre ante el futuro. Eso es lo que siento en este preciso momento, como supongo que otros tantos españolitos. No es fácil el momento que estamos viviendo y eso genera, cuando menos, desasosiego, hastío, tedio, desesperanza, unas veces y esperanza otras, ¿por qué no? Una lucha interior que nos hace valorar lo que tenemos, por un lado, y ansiar un mundo mejor, por otro. Porque nos lo merecemos. Porque hemos trabajado duro para llegar hasta aquí. Y porque creo que todo esfuerzo tiene su recompensa. Con eso me quedo.