Mayo de 1968, ¿hito o mito?

En este mayo que estamos viviendo hemos de recordar distintos hechos históricos cuyo origen procede del país vecino. Ya hemos celebrado el bicentenario de la insurrección madrileña ante los franceses. En el mismo mes de ciento sesenta años después París fue el escenario de una movilización que acabó siendo conocida como el ‘Mayo del 68’ .

Quizás tenemos grabados los eslóganes que hicieron mella en ese momento y que han llegado hasta nuestros días: «Prohibido prohibir», «Haz el amor y no la guerra» o «La imaginación al poder» y quizás por ello pensemos que fue una auténtica revolución social. Lo cierto es que significó un punto de inflexión para la Francia del general De Gaulle.

Para entender este momento hay que tomar conciencia del contexto histórico que vivía París en concreto, pero, sin duda, Europa y el sistema internacional que se había polarizado tras la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría hacía estragos en sectores de la sociedad críticos con el capitalismo, de corte antiimperialista, cuyo pensamiento se alineaba con el neomarxismo.

Pero Francia no fue el único centro de ebullición de esa primavera. La guerra de Vietnam fue uno de los hechos que desencadenó la protesta internacional de millones de jóvenes, incluidos los de EEUU. También Praga intentaba luchar por el aperturismo mientras los tanques soviéticos aplastaban toda iniciativa. En México e incluso en la España franquista los universitarios se enfrentaron a las autoridades.

En París, la mecha se encendió con las revueltas estudiantiles. Los universitarios fueron los primeros protagonistas de esta crisis, liderados por el anarquista Daniel Cohn- Bendit. Protestaban contra el sistema educativo que carecía de canales para la participación y por el dudoso futuro laboral que les esperaba. Sus reivindicaciones fueron reprimidas duramente por la policía.

A los estudiantes se les unieron los trabajadores que pedían mejoras de las condiciones laborales. Durante ese mes se sucedieron las manifestaciones, se radicalizaron las revueltas sociales y las huelgas fueron ampliamente secundadas. La Sorbona, el Barrio Latino, las fábricas… fueron tomadas por los distintos actores de la movilización.

La revolución comenzó su descenso en el momento en que el Gobierno reaccionó otorgando aumentos salariales a los trabajadores y el ministro de Educación dimitió. Los partidos políticos no abanderaron el movimiento estudiantil y aceptaron la solución de De Gaulle: disolver las Cortes y anunciar Elecciones anticipadas. El General salió fuertemente respaldado de las elecciones. Aunque un año después dejó su cargo en manos de Pompidou.

No hay consenso en este caso, como en otros muchos, sobre si el Mayo del 68 llegó a ser una verdadera revolución. A mi juicio, que no es el de un historiador (con todos mis respetos), no es importante. Lo que sí es relevante son las consecuencias culturales y sociales que produjo. El mayo del 68 pudo ser mucho más. Lo esencial es que fue el germen de avances sociales que disfrutamos cuarenta años después.