El 2 de mayo de 1808 o la voz del pueblo

El 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se sublevó contra el destino que le venía impuesto desde Francia. Fue una insurrección espontánea e impulsada por la plebe que, unida bajo la misma causa, se alzó contra los invasores para defender unos ideales patrióticos.
Será la clase popular, formada por hombres y mujeres, la que protagonice los hechos de ese famoso primer lunes de mayo. No quisieron claudicar ante intereses extranjeros, y pese a que carecían de rey y gobernantes, se echaron a la calle a luchar con las armas que tenían, una de ellas, su valor enardecido. Pocas horas después pagaron su rebeldía siendo fusilados.
El destino quiso que sus muertes sirvieran para algo. El pueblo de Madrid tuvo que pagar un precio muy alto. Sacrificó a las clases más humildes. Pero en ese momento comenzaba una nueva etapa para la historia de nuestro país: la lucha contra el absolutismo.
El movimiento popular no surgió de manera casual. La agonía del Antiguo Régimen había comenzado poco antes con el Motín de Aranjuez. Las intrigas de la corte, la amenazante presencia de las tropas francesas y el poder de Godoy provocó que el pueblo se amotinara a las puertas del Palacio Real de esa localidad. La presión del pueblo forzó la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII.
Son momentos difíciles. La Familia Real es llamada por el emperador francés para reunirse con él en Bayona. Desde allí, Napoleón articula una estrategia política que va a desembocar en la renuncia al trono español por parte de los Borbones en aras de su hermano José Bonaparte.
Empieza la Guerra de la Independencia. Seis años en los que el pueblo español se dejará la piel por librarse de sus vecinos invasores. Son tiempos de violencia convulsa. Empieza a surgir el sentimiento nacional, aunque divide a la población en patriotas y afrancesados.
Pero la lucha mereció la pena. Por primera vez en la historia de nuestro país se consigue un régimen constitucional. La de 1812 será la primogénita, la que se bautice con el nombre de Pepa y la que arroje esperanzas para el siglo recién nacido.