No más Violencia

Un caso más de violencia de género ha sacudido nuestras últimas semanas. Y sobre una menor. Después de casi un mes de larga espera y angustia contenida ya hay, al menos, un culpable. Todos hemos acompañado emocionalmente a los padres de Marta del Castillo, sobre todo, quienes somos padres.El hecho en sí ha se ha constituido en uno de los acontecimientos mediáticos más populares. En realidad se trata de un relato con el que estamos familiarizados: una niña- adolescente que desaparece un día de su casa – en circunstancias anómalas- lo que hace pensar que ha sido retenida contra su voluntad por motivos de violencia sexual.

Lo drástico de lo que he enunciado más arriba no es el hecho en sí, que por supuesto que lo es, sino la primera premisa: que estamos acostumbrados a oír historias similares en los medios de comunicación. Que pertenecemos a una sociedad en la que la violencia forma parte de nuestras vidas.

Esto es lo que hay que analizar: ¿qué estamos construyendo? ¿quiénes serán los hombres y las mujeres del futuro? ¿qué educación estamos dando en las familias? ¿y en las escuelas? ¿existe una conciencia moral? ¿se potencian los valores éticos? ¿estamos siendo demasiado permisivos, quizás?

Los padres de Marta del Castillo han pedido que se celebre un referéndum para la instauración de la cadena perpetua. Y yo los entiendo. A ellos solo les puede quedar el consuelo de que se haga justicia con los asesinos de su hija. Ya han perdido todo. El resto, debemos esforzarnos en no perder más.